arquitectonita

Morella es un lugar donde se defiende la integración en el territorio de la historia y de la vida, del pasado y del futuro. Dicen los profesionales de la arquitectura que esta ciudad es un ejemplo de convivencia, armonía, entre patrimonio y vanguardia. Una especie de parque temático de arquitectura medieval, gótica y moderna. Hay una combinación amable y sabia ente todos los estilos artísticos e históricos del casco urbano.

Enric Miralles, consiguió integrar paisajes al diseñar un centro docente funcional, escalonado, fusionado al relieve de la montaña y con numerosas paredes de cristal que permiten la entrada de la luz, del sol y del impresionante paisaje.

La Iglesia Santísimo Redentor en Tenerife, España se caracteriza por ser un lugar de reflexión, meditación y un espacio intrínseco en el cual una persona de cualquier condición puede ir a encontrarse a sí mismo, tanto en el templo, como compartiendo con otros en el centro cultural. El edificio existe como varios pedazos de concreto, divididos en cuatro volúmenes largos; es en estas separaciones que ocurren movimientos. El área se define por el juego y creación de luz atravesó de los espacios interiores de la construcción. Amplificando tanto un sentido de tranquilidad como uno espiritual.

Los arquitectos de este proyecto optaron por utilizar las propiedades del concreto, específicamente por su eficiencia en cuanto a la absorción de calor. No solo esto, pero otro factor era la amplificación y mejora de la acústica; gracias a la combinación de rocas volcánicas y el concreto. Otro resultado del uso de estos materiales fue las texturas que se generaron en los exteriores e interiores del edificio.

En esencia el Museo Judío de Berlín exhibe la historia cultural y socio-política de los judíos en Alemania desde el cuarto siglo hasta el presente. El diseño origino de la concepción de tres elementos que exigían la unión y resolución de, en primer lugar, la relación entre la historia de Berlín y la contribución intelectual, económica y cultural de los judíos. En segundo lugar, la necesidad de integrar el significado tanto físico como espiritual del Holocausto en la consciencia y memoria de la ciudad de Berlín. Y por tercer lugar, el reconocimiento e incorporación de la eliminación y falta de vida Judía en Berlín.

Cada uno de estos elementos mencionados se ven representados por la los caminos del edificio. Pues, decimos que la entrada pasa a través del Barroco Kollengienhaus, y luego hacia una amplias escaleras que descienden hacia los interiores del edificio, que se entrecruza bajo tierra, y se materializa como un edificio independiente en el exterior. El descenso se ve marcado por tres rutas que tienen su propia historia. La inicial, y más extensa, traza un camino que te  lleva desde las escaleras hasta el piso más arriba, y luego por medio de las exhibiciones que enfatizan la continuidad de la historia. La segunda forma un camino por el exterior del edificio hasta llegar al Jardín del Exilio y Emigración, recordando aquellos que se vieron forzados a dejar a Berlín. Y por último, el tercer camino nos lleva a un final sin salida, marcando el Vacío del Holocausto.

Este Vacío del Holocausto corta por medio de la planta en forma de “grieta” del edificio, y crea un espacio que encarna la ausencia. Además se convierte en el enfoque principal en el cual el resto de las exhibiciones se llevan a cabo.

Un poco de información sobre nuestro arquitecto…

Daniel Libeskind se caracteriza por ser un arquitecto de prestigio internacional, apreciado tanto por sus proyectos como por sus planteamientos urbanísticos y su forma multi-disciplinaria. Dentro del campo de la arquitectura ha introducido nuevos conceptos que han tenido influencia en la profesión.

En 1900 estableció su estudio en Berlín al ganar el concurso convocado para realizar un diseño del Museo Judío.

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